Nicole

Tenía pendiente escribir sobre Nicole, la niña de 10 años de edad quien murió atropellada en Bogotá el viernes 11 de septiembre de 2009 por una buseta en primera instancia y un taxi en segunda.

De acuerdo con las informaciones publicadas en la prensa, la niña se desplazaba en su bicicleta desde su casa, ubicada arriba de la Carrera Séptima en los Cerros Orientales de Bogotá, hacia su Colegio que está ubicado en la Avenida Caracas con Calle 57, unas cinco o seis cuadras más abajo, como aparentemente lo hacía todos los días.

En el momento de cruzar la Carrera Séptima a la altura de la Calle 57 (en ese punto no hay un semáforo ni una cebra, solamente un separador que limita los dos carriles de la Avenida), la niña fue atropellada, dice la prensa, por una buseta y casi inmediatamente por un taxi que se desplazaba al lado de la buseta, perdiendo la vida.

El Boletín “Situación de los Niños y las Niñas en Bogotá, 2007 – 2008” editado por la Veeduría Distrital con la Asesoría de la Asociación Afecto contra el maltrato infantil (Junio, 2009), revela que los accidentes de transporte terrestre, inclusive sus secuelas, son la primera causa de muerte, entre todas las causas, en niños y niñas con edades ente 5 y 14 años en Bogotá. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud OMS, los accidentes de tránsito son la segunda causa de muerte en el mundo en niños y niñas entre los 5 y los 14 años de edad, por debajo de las Infecciones de las Vías Respiratorias Inferiores, y la primera causa de muerte entre niños y jóvenes cuyas edades van de los 15 a los 29 años de edad (Informe sobre la Situación Mundial de la Seguridad Vial: Es hora de pasar a la acción).

Nuevamente manifiesto que la ciudad, en cabeza del Alcalde Mayor, está en mora de iniciar un programa de Cultura Vial que involucre temas como la seguridad vial y la prevención de accidentes de tránsito en niños y niñas y en personas ancianas, principalmente. Los niños y las niñas de Bogotá no pueden continuar muriendo por causas prevenibles como los llamados “accidentes de tránsito”; accidentes donde un conductor imprudente (y en este caso dos), atropellan a una niña de 10 años de edad causándole la muerte.

Estos programas de Cultura Vial deben ser integrales, involucrando a las familias (padres de familia que acompañen a sus hijos en los trayectos), a los conductores (las calles y avenidas no son pistas de carreras, los peatones y ciclistas también son seres humanos), a los peatones (promoviendo el cruce por la cebra y el que se busque y espere el cambio de semáforo), a los ciclistas (la bicicleta no protege la vida, es necesario promover el uso del chaleco reflectivo y el casco reglamentario), e inclusive a las comunidades educativas (si la presión por llegar a tiempo disminuye, aumenta la probabilidad de un desplazamiento seguro por parte de los niños y sus familias).

Son muchas las imágenes y los dramas que dejan la muertes por “accidente de tránsito”, los instantes de desespero de la niña al ver que no alcanzó a cruzar la Avenida y la buseta la embiste; el dolor de la familia al enterarse; las secuelas en los conductores y sus familias (el niño hijo del taxista involucrado en el accidente que costó la vida de Nicole estaba siendo acosado por sus compañeritos de colegio).

La promoción de la Cultura Vial y la prevención de los accidentes de tránsito son las mejores maneras de evitar estos dramas y de proteger la vida de nuestros niños y niñas. Hubiéramos querido ver al Alcalde de Bogotá diciendo a través de los medios de comunicación que la muerte de Nicole es intolerable y que “Nunca más” debería presentarse en la ciudad la muerte de un niño o una niña por accidente de tránsito. Hace falta aún mucha conciencia frente a esta problemática entre las autoridades de movilidad de la ciudad.

Los niños y las niñas también son ciudadanos. Son personas que merecen que se respete su Derecho a la Vida (Artículo 6 de la Convención Internacional de los Derechos del Niño) en condiciones dignas y saludables. Es un mensaje que deben escuchar las familias y los actores de la vía, incluidas las autoridades de movilidad de Bogotá.

La fotografía que acompaña esta nota está publicada en Comunidades.Semana.com  El mundo según los usuarios en un escrito del Médico Fabio Arévalo Rosero titulado “BICICLETA FANTASMA: en memoria de Nicole”, que hace referencia al símbolo de la bicicleta blanca como una manera de llamar la atención frente a las muertes de ciclistas en las vías. Llama la atención el tamaño de la bicicleta fantasma de Bogotá, una bicicleta de niña, chiquita como lo fue su dueña.

La fotografía fue tomada por Liliana Vélez y se llama “Ceremonia de la bici fantasma”.

Guillermo Camacho Cabrera
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Foto: Liliana Vélez en http://comunidades.semana.com/wf_InfoNoticia.aspx?IdNoticia=3271

Publicado por Guillermo Camacho-Cabrera

Soy Comunicador social Periodista colombiano, Magíster en Ingeniería-Transporte de la Universidad Nacional de Colombia, interesado en la promoción de una cultura vial para la vida. Fui galardonado en 2010 con el premio Disnnet Prensa Social al periodismo inclusivo y a la inclusión en la comunicación. Soy socio del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB), miembro de la Red de Periodistas por el Desarrollo Sostenible y de la Asociación Afecto contra el maltrato infantil.

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